INTRODUCCIÓN A LAS EMOCIONES SECUNDARIAS

Cuando hablamos de emociones secundarias nos estamos refiriendo a todas aquellas emociones que NO son básicas. Las seis emociones básicas definidas por Ekman (miedo, rabia, sorpresa, alegría, tristeza y asco) se consideran el núcleo a partir del cual se extiende el amplio espectro de emociones que sentimos.

Por ejemplo, dentro de las emociones secundarias procedentes de la alegría están el amor, el placer, la diversión, la euforia, el entusiasmo y la gratificación. Si hablamos de emociones secundarias que descienden del asco encontramos: la repugnancia, el rechazo, la antipatía, el disgusto y el desprecio. En el campo de la rabia se descubren emociones secundarias como la cólera, el rencor, el odio, la irritabilidad, el enfado y la impotencia. Algunas de las emociones secundarias derivadas del miedo son la angustia, el desasosiego, la incertidumbre, la preocupación, el horror y el nerviosismo. En el caso de la sorpresa podemos nombrar el desconcierto, el sobresalto, la admiración y el asombro. Y por último, la tristeza es el origen de emociones secundarias como la pena, la soledad, el pesimismo, la compasión y la decepción.

A pesar de que las emociones secundarias no fueron objeto de análisis dentro de la teoría de las emociones básicas de Ekman, muchos de los hallazgos al respecto siguen la perspectiva de este autor. Las emociones secundarias tienen algunas particularidades que las distinguen de las emociones básicas. La primera es que normalmente estas emociones son más susceptibles a la influencia del contexto sociocultural en el cuál se dan. Por ello, pueden variar sutilmente en las diferentes zonas geográficas y mostrar ciertas peculiaridades culturales. La otra cosa es que normalmente las emociones secundarias en su gran mayoría son fruto de las relaciones interpersonales, es decir, nacen de nuestra relación con los otros.

Los seres humanos vivimos en sociedad, por lo que estamos habituados a relacionarnos y comunicarnos con otras personas. Muchas de las emociones secundarias que hoy conocemos tienen su origen en dicha interacción personal. Es decir, estas emociones no son producto de un estímulo cualquiera, sino que nacen como reacción al comportamiento de otra persona.  Se puede tratar de un hecho intencionado o casual, puede ser algo que me afecte en primera persona o dirigido a otra persona, puede provenir de una persona conocida o desconocida,… Es indiferente, lo importante en este punto es que existe un responsable de lo que sentimos. Este dato puede marcar la diferencia entre sentir una emoción básica o una emoción secundaria. Para ahondar más en este tema os invito a seguir leyéndonos durante estos meses.

8 pensamientos en “INTRODUCCIÓN A LAS EMOCIONES SECUNDARIAS

  1. Hola,

    He encontrado este blog a través del 20 Minutos y ha sido un placer,

    Les seguiré en este 2012,

    Les invito a leer algunas de las reflexiones siguientes, que me parece, pueden resultarle de su interés.

    Un saludo,

    Jose

    http://josearnedo.blogspot.com/search/label/Psicolog%C3%ADa

    http://josearnedo.blogspot.com/search/label/Psicolog%C3%ADa

    Miller – «Aprendemos a desear lo que nos parece deseable». http://josearnedo.blogspot.com/2011/11/george-miller-introduccion-la.html

    Bonardi – «Existe un nucleo central de opinión que nos sirve de referencia estable, al que el hombre no sabe renunciar». http://josearnedo.blogspot.com/2011/10/christine-bonardi-las-representaciones.html

    Y otros…

    Olvidamos porque no sabemos encontrar los recuerdos, no porque ya hayan desaparecido».

    «¿Tiene el pensamiento un lenguaje formal interno, único y universal?».

    «No hay condicionamiento más eficaz que el invisible»

  2. Hola, Angel Andres,
    Gracias por tu pregunta. Las emociones secundarias son una señal de que algo está pasando y, por tanto, son necesarias para el día a día y las relaciones sociales. No son algo «malo» o «enfermizo» que se tenga que curar. El problema es que a veces no sabemos gestionarlas adecuadamente y eso nos puede causar malestar (Ej. La desesperación o el desconsuelo cuando perdemos a un ser querido) o incluso problemas (Ej. Cuando nos controlamos una gran frustración y agredimos fisicamente a alguien). Sin embargo, sí que podemos aprender a gestionarlas de una forma más adaptativa.
    Gracias de nuevo, esperamos haber resuelto tu duda.
    Un abrazo,
    ParaEmocionarse

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