Retazos del blog: EMO-CURIOSIDADES: ¿CAMBIA EL VOLUMEN DE TU CEREBRO DEPENDIENDO DE LA FASE DEL CICLO MENSTRUAL?

Mientras indagábamos en el mundo de la menstruación y de su relación con las emociones, hemos encontrado un estudio que nos ha resultado especialmente sorprendente. Un equipo de investigadores belgas afirman que durante el ciclo menstrual, no sólo cambia nuestro funcionamiento cerebral, sino que también cambia el volumen de algunas de nuestras estructuras cerebrales.

Este equipo de investigadores realizó una resonancia magnética a 30 mujeres (15 tomaban pastillas anticonceptivas y las otras 15 no) en dos periodos diferentes del ciclo menstrual. Concretamente, la primera imagen del cerebro se tomaba durante la fase folicular (entre los días 2-4 del ciclo, es decir, durante la menstruación) y la segunda durante la fase lútea (entre los días 20-22 del ciclo). Al mismo tiempo, se les realizaba una analítica en la que se medían los niveles de LHFSHprogesterona y estrógenos.Resonancia

Sus resultados mostraron que las mujeres que no tomaban pastillas anticonceptivas tenían mayor volumen del córtex cingulado anteriordurante la fase folicular en comparación con la fase lútea. Sí, habéis leído bien, parece ser que esta pequeña parte del cerebro cambia de tamaño en los diferentes momentos del ciclo menstrual. Sin embargo, estos cambios no ocurrían en las mujeres que tomaban pastillas anticonceptivas. Además, los autores encontraron que existía una relación negativa entre los niveles de estrógenos en sangre y el aumento del volumen de esta área cerebral. Es decir, que cuanto menor es el nivel de estrógenos mayor es el volumen del córtex cingulado anterior. Este dato da mucho que pensar, porque justamente el córtex cingulado anterior es un área del cerebro que se encarga del procesamiento emocional y la empatía. Según los autores, estos datos sugieren que las mujeres podrían reaccionar o responder mejor a estímulos emocionales cuando los estrógenos están bajos, es decir, durante la menstruación, algo que ya se había descrito previamente en otros estudios. ¿Os parece curioso?

¿Qué es el trastorno disfórico premenstrual?

En varias entradas de este blog hemos hecho referencia a la influencia que tienen las hormonas sexuales en nuestras emociones. Esto es especialmente notable en las mujeres, debido a que durante el ciclo menstrual sufren cambios notables en los niveles de estrógenos y progesterona. Esto no ocurre habitualmente en los hombres, cuyos niveles de hormonas sexuales suelen ser más estables.

Pero la cuestión es ¿hasta qué punto nuestras emociones se pueden ver influenciadas por las hormonas sexuales? Hay estudios que dicen que la alteración hormonal previa a la menstruación puede llegar a desencadenar lo que se conoce como trastorno disfórico premenstrual (en inglés, premenstrual dysphoric disorder -PMDD-). Este trastorno está definido como un trastorno afectivo que empieza aproximadamente una semana antes de comenzar la menstruación y desaparece cuando llega la menstruación propiamente. Se caracteriza por síntomas psicológicos como labilidad emocional, irritabilidad o anhedonia, pero también por síntomas físicos como falta de energía, problemas de sueño, dolor de cabeza o retención de líquidos. Estos síntomas se repiten cada mes, justo los días antes de la menstruación. Es decir, las personas que sufren este trastorno experimentan cíclicamente cambios de humor que coinciden con el aumento de los niveles de progesterona, cuando esta disminuye vuelven a su estado emocional habitual. Actualmente, hay datos que indican que entre el 3%-8% de las mujeres en edades fértiles padecen un trastorno disfórico premenstrual.

El trastorno disfórico premenstrual fue reconocido como trastorno mental en 2013 en el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, el manual diagnostico donde se clasifican los trastornos mentales). Sin embargo, se lleva debatiendo de la existencia o no de este trastorno desde los años 90. Hay muchos psicólogos y psiquiatras que se muestran escépticos y niegan que el trastorno disfórico premenstrual sea realmente un trastorno severo que necesite tratamiento psicológico o farmacológico. A pesar de la controversia, cada vez hay más estudios que indagan en las causas de este trastorno y los posibles tratamientos. Incluso han empezado a formarse asociaciones y grupos de apoyo a mujeres que padecen este trastorno. ¿Habíais oído hablar de este trastorno? ¿Creéis que las hormonas realmente tienen tanto impacto en nuestro estado o bienestar emocional?

La tristeza después del parto

Aunque muchas mujeres experimentan una inmensa alegría y sensación de plenitud una vez que tienen a su bebé entre los brazos, a veces también pueden sentir tristeza. La tristeza postparto (o “baby blues”) es un fenómeno que se utiliza para describir los sentimientos de preocupación, tristeza y fatiga que experimentan muchas mujeres después de tener un bebé.

Se calcula que la tristeza postparto puede darse hasta en el 80% de las madres. Los bebés requieren mucho cuidado y atención, es normal que las madres se sientan preocupadas constantemente, cansadas o incluso exhaustas de proporcionar esos cuidados. La tristeza postparto no es un trastorno psicológico ni una patología psiquiátrica. Normalmente los síntomas de tristeza o decaimiento son leves y suelen durar una o dos semanas hasta finalmente desaparecer por sí solos.

Es importante diferenciar entre la tristeza postparto y la depresión postparto. En el caso de la depresión postparto los sentimientos de tristeza son muchos más intensos e incluso, en casos extremos, pueden llegar a afectar a la capacidad de la mujer para cuidar de si misma y de su bebé. La depresión postparto suele ocurrir entre el 2-15% de los partos. Puede empezar un poco antes o en cualquier momento después del parto, aunque lo más habitual es que comience entre una semana y un mes después del parto.

La depresión postparto no tiene una causa, suele ser una combinación de factores físicos (como la alteración hormonal) y factores emocionales (como la ansiedad). Después de dar a luz, los niveles de estrógenos y progesterona bajan rápidamente, esto puede producir alteraciones en el cerebro que finalmente desencadenan cambios en el estado de ánimo. Además, la falta constante de sueño puede generar agotamiento físico y mental, que generalmente contribuyen a los síntomas de depresión. Es decir, la depresión postparto no ocurre por algo que la madre haga o deje de hacer. Es algo que le puede suceder a cualquier mujer, independientemente de su edad, raza, origen étnico o situación socioeconómica.

Mientras la tristeza postparto no requiere de tratamiento, en la depresión postparto el tratamiento es necesario. Debido a la severidad de los síntomas, la depresión postparto puede durar meses o años si no se le pone tratamiento. La psicoterapia y los fármacos antidepresivos son tratamientos que resultan eficaces en casos de depresión postparto. Lo importante es consultarlo con un médico para poder diagnosticarlo y tratarlo lo antes posible.

La tristeza postparto y la depresión postparto son realidades de las que no se suele hablar ¿Por qué? ¿Cuesta admitir que existe tristeza después del parto?