Gestionando nuestras emociones

Estos días la sombra de la segunda ola de COVID-19, junto con todas sus consecuencias en los distintos ámbitos de nuestras vidas, puede estar influyendo el bienestar emocional de muchos de nosotros. En estos momentos de dificultad será esencial acordarnos de utilizar estrategias que nos ayuden a sentirnos mejor y a gestionar mejor nuestras emociones.

Existen múltiples recursos que nos pueden ayudar para mejorar nuestra gestión emocional. De hecho, desde que empezó la pandemia se ha desarrollado una gran cantidad de material de consulta en este sentido. Para el post de hoy hemos elegido un recurso web que nos ha parecido bastante interesante, ya que nos ofrece muchas opciones distintas para utilizar en nuestro día a día: https://gestioemocional.catsalut.cat/

¿Qué nos ofrece esta aplicación web? Una vez abrimos la web y aceptamos los términos y condiciones aparecen 3 apartados:

  1. Recursos de gestión emocional: En este apartado encontraréis múltiples recursos interesantes para aplicar a distintas situaciones.
  2. Evalúa tu estado: Permite realizar un test para evaluar nuestro estado emocional actual.
  3. Recursos profesionales: Aparecen una serie de teléfonos y links (aunque son principalmente recursos locales, útiles sobre todo en Cataluña).

Os invito a revisar el apartado de Recursos de gestión de emocional. Una vez dentro, encontraréis recursos concretos para distintas dificultades que nos puedan surgir, ya sea dificultades para dormir, lidiar con las preocupaciones, la tristeza, las emociones negativas… Para cada dificultad que escojáis nos aparecerán una serie de herramientas como sugerencias. Podemos ir revisando las distintas sugerencias hasta encontrar la que nos vaya mejor en ese momento.

Aquí tenéis un ejemplo: si tenemos problemas para dormir podemos encontrar distintas herramientas interesantes, entre ellas:

  • Una serie de sonidos ambientales: Grillos, un bosque, una playa, la lluvia…
  • Ejercicios de respiración cortos
  • Ejercicios de relajación
  • Imágenes relajantes

Os animo a que echéis un vistazo a esta aplicación web y tratéis de aplicar algunas de las sugerencias. Aunque ya tengamos estrategias que nos funcionen habitualmente, siempre ayuda poder ampliar y revisar otras posibilidades. Decidme, en esta época, ¿qué es lo que os ayuda más a sentiros mejor en el día a día?

Retazos del blog: EMO-CURIOSIDADES: EL ATLAS DE LAS EMOCIONES DE PAUL EKMAN

Paul Ekman junto con el Dalai Lama han creado un atlas virtual sobre las emociones. En él podemos ver las emociones agrupadas en 5 continentes de la emoción: miedo, asco, ira, tristeza y placer. Al pinchar en cada uno de ellos podemos ver diferentes estados posibles según la intensidad de la emoción (por ejemplo en el asco encontraríamos el desagrado, la aversión, la repugnancia…), las acciones a las que nos impulsa la emoción (en este caso podría ser la evitación, la retirada, el vómito), los estímulos que pueden provocar esta emoción (en el caso del asco, por ejemplo, algo podrido, comer algo desagradable, o incluso ver a los fans del equipo deportivo rival).

Si queréis echarle una ojeada podéis visitar este link: http://www.paulekman.com/atlas-of-emotions/

 

 

Atlas de las emociones según Paul Ekman, extraído de http://www.paulekman.com/atlas-of-emotions/

 

 

La tristeza después del parto

Aunque muchas mujeres experimentan una inmensa alegría y sensación de plenitud una vez que tienen a su bebé entre los brazos, a veces también pueden sentir tristeza. La tristeza postparto (o “baby blues”) es un fenómeno que se utiliza para describir los sentimientos de preocupación, tristeza y fatiga que experimentan muchas mujeres después de tener un bebé.

Se calcula que la tristeza postparto puede darse hasta en el 80% de las madres. Los bebés requieren mucho cuidado y atención, es normal que las madres se sientan preocupadas constantemente, cansadas o incluso exhaustas de proporcionar esos cuidados. La tristeza postparto no es un trastorno psicológico ni una patología psiquiátrica. Normalmente los síntomas de tristeza o decaimiento son leves y suelen durar una o dos semanas hasta finalmente desaparecer por sí solos.

Es importante diferenciar entre la tristeza postparto y la depresión postparto. En el caso de la depresión postparto los sentimientos de tristeza son muchos más intensos e incluso, en casos extremos, pueden llegar a afectar a la capacidad de la mujer para cuidar de si misma y de su bebé. La depresión postparto suele ocurrir entre el 2-15% de los partos. Puede empezar un poco antes o en cualquier momento después del parto, aunque lo más habitual es que comience entre una semana y un mes después del parto.

La depresión postparto no tiene una causa, suele ser una combinación de factores físicos (como la alteración hormonal) y factores emocionales (como la ansiedad). Después de dar a luz, los niveles de estrógenos y progesterona bajan rápidamente, esto puede producir alteraciones en el cerebro que finalmente desencadenan cambios en el estado de ánimo. Además, la falta constante de sueño puede generar agotamiento físico y mental, que generalmente contribuyen a los síntomas de depresión. Es decir, la depresión postparto no ocurre por algo que la madre haga o deje de hacer. Es algo que le puede suceder a cualquier mujer, independientemente de su edad, raza, origen étnico o situación socioeconómica.

Mientras la tristeza postparto no requiere de tratamiento, en la depresión postparto el tratamiento es necesario. Debido a la severidad de los síntomas, la depresión postparto puede durar meses o años si no se le pone tratamiento. La psicoterapia y los fármacos antidepresivos son tratamientos que resultan eficaces en casos de depresión postparto. Lo importante es consultarlo con un médico para poder diagnosticarlo y tratarlo lo antes posible.

La tristeza postparto y la depresión postparto son realidades de las que no se suele hablar ¿Por qué? ¿Cuesta admitir que existe tristeza después del parto?

Retazos del blog: ¿Por qué lloramos cuando estamos tristes?

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué lloramos cuando estamos tristes? Como ya hemos comentado anteriormente la tristeza tiene una función comunicativa, informa a los demás de que necesitamos ayuda. Y por supuesto, las lágrimas hacen esto aún más evidente, dan más fuerza al mensaje no verbal. Curiosamente los humanos somos la única especie que llora cuando está triste. No se trata de algo banal, algunos experimentos revelan que la mayoría de personas ofrecerían más ayuda a las personas que lloran que a las que no lloran. Además, otros estudios han demostrado que la percepción subjetiva de tristeza en una cara es mayor si está llorando (aunque se trate de la misma imagen).

¿Y qué son las lágrimas? En realidad no existe un único tipo de lágrimas. Por un lado tendríamos el lagrimeo basal, que sería la lágrima que produce el ojo de los mamíferos para mantenerse limpio y lubricado. También existe el lagrimeo reflejo, que se produce para proteger el ojo de agentes irritantes (ya sea que nos entre polvo, humo, que estemos pelando una cebolla…). Normalmente las lágrimas reflejas tienen más contenido acuoso, algo que nos ayudará a eliminar la fuente de irritación del ojo.

En cambio, las lágrimas que producimos cuando estamos tristes tienen una composición química distinta a las que se producen para lubricar el ojo. Concretamente contienen mayores cantidades de prolactina (hormona relacionada con el placer y deseo sexual, entre otros), ACTH (hormona relacionada con el estrés) y leu-encefalina (una endorfina que reduce el dolor y puede mejorar el humor). Precisamente estas sustancias suelen estar relacionadas con el estrés, por lo que algunos científicos relacionan su liberación con la sensación de bienestar que se produce después del llanto.

A veces también podemos llorar al ver que una persona cercana a nosotros está llorando. Se cree que esto se produce gracias a las neuronas espejo, grupos de neuronas que nos permiten reproducir el comportamiento del otro, y según algunos autores también nos permiten sentir empatía y ponernos en la piel de los demás. ¿Os ha pasado esto alguna vez, el romper a llorar viendo llorar a alguien? Si es así, ¿cómo os sentisteis cuando os pasó?

Lágrimas

Emo-curiosidades: Nueva película de animación sobre las emociones

A partir del 19 de Junio podremos ver en los cines una película de animación de Pixar que dará vida a algunas de las emociones que tanto hemos tratado en el blog. Inside Out nos ayudará a adentrarnos en el mundo emocional de una niña que se acaba de mudar con su familia a un nuevo hogar. Las protagonistas serán la pequeña Riley y las 5 emociones que conviven dentro de su mente y tienen vida propia: Alegría, Tristeza, Asco, Miedo e Ira. ¿Os resultan familiares estas emociones?

A nosotras nos ha parecido una idea muy original, que además incluso puede ayudar a los más pequeños a aprender sobre las emociones de forma divertida. ¿A vosotros qué os parece? Por si queréis saber un poco más sobre la película adjuntamos más abajo el trailer. Decidnos, ¿creéis que la iréis a ver?

¿Qué fue de la tristeza?

En esta entrada queremos compartir un extracto del artículo que ganó el XXV concurso literario de artículos de psicología que organiza el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) y que fue presentado por una de las autoras de este blog (Iris Crespo). Si queréis acceder al artículo completo podéis pinchar aquí.

«La teoría de Paul Ekman (basada en los postulados evolucionistas de Darwin), remarca que la tristeza es una de las seis emociones básicas que evolutivamente nos han ayudado a adaptarnos al medio en el que vivimos y por lo tanto a sobrevivir. Esta teoría afirma que es una emoción que nos invita a reflexionar, nos ayuda a aceptar la realidad y nos incita a promover un cambio. Sin embargo, la sociedad actual tiene miedo a sentir tristeza y mucho más a mostrarla ante los demás, es la emoción no deseada. Incluso se podría afirmar que la tristeza se haya convertido en un tema tabú, es decir, cada día cuesta más hablar de ella. Quizá, por eso, normalizar la tristeza y aceptarla como parte de un buen equilibrio emocional sería de gran utilidad como un primer paso para prevenir ese gran enemigo que puede llegar a ser la depresión.»

Tristeza