DESGRANANDO LOS MISTERIOS DEL AMOR

El amor es un sentimiento que resulta misterioso y difícil de explicar. ¿Qué significa amar a alguien? ¿Por qué el amor entre dos personas no es siempre recíproco? ¿Por qué hay amores que parecen perdurar en el tiempo y otros que terminan por desaparecer? Como estas preguntas hay muchas otras que se nos pueden presentar a lo largo de la vida y para las que muchas veces no tenemos respuestas.

Para intentar esclarecer un poco los misterios que esconde el amor, el psicólogo Robert J. Sternberg en 1986 formuló la “Teoría triangular del amor”. Según esta teoría el amor está compuesto de tres componentes que forman los vértices de un triángulo. Estos tres componentes son:

  • Intimidad: Componente emocional del amor, que incluye valorar al otro y preocuparse por el bienestar del otro.
  • Pasión: Componente motivacional del amor. En una relación romántica será el romance, la atracción física y el deseo sexual.
  • Compromiso: Componente cognitivo del amor, que incluye la decisión y compromiso por cuidar y mantener el amor.

Sternberg dice que si no están presentes estos tres componentes no hay amor. Esto no implica que el amor no pueda tener diferentes niveles de intimidad, pasión y compromiso. Lo que sí contempla esta teoría es que puede haber distintos tipos de amor en función del equilibrio que se dé entre los tres componentes. Por ejemplo, puede haber relaciones en las que haya mucha pasión e intimidad, pero poco compromiso, entonces la relación será como un affaire o como tener un amante.  Si, por el contrario, se trata de una relación con mucha intimidad y compromiso, pero poca pasión, la relación será más bien amistosa. Por supuesto, estos tres componentes pueden ir cambiando conforme avanza la relación e incluso a lo largo de la vida.

Todos tenemos experiencia, en mayor o menor medida, en el amor ¿encaja esta teoría con vuestra experiencia en el amor? ¿Creéis que hay algún otro componente que sea esencial en el amor?

¿Qué relación tiene el olfato con las emociones?

El olfato es el más subestimado de los 5 sentidos que tiene el ser humano. El tacto, la vista, el oído e incluso el gusto son considerados imprescindibles en el funcionamiento del día a día; sin embargo, el olfato no tanto. Pensadlo durante un minuto ¿creéis que es importante el olfato en vuestra vida? ¿Para qué utilizáis el olfato habitualmente? La mayoría de nosotros pensamos en el olfato como un sentido que potencia el sabor de los alimentos, pero desconocemos el papel del olfato en la memoria emocional.

El sentido del olfato tiene una conexión directa con el cerebro. La información del olfato llega a la corteza piriforme (o corteza olfatoria primaria) que conecta directamente con la amígdala y ésta a su vez con el hipocampo y el sistema límbico. Todas estas estructuras cerebrales están relacionadas con las emociones y la memoria emocional. Por eso, el olfato tiene la capacidad de evocarnos emociones y recuerdos. Hay estudios que indican que podemos reconocer a personas con las que tenemos un vínculo emocional sólo por su olor. En un estudio evidenciaron que las madres eran capaces de reconocer a su bebé solo con oler una prenda que el bebé había llevado puesta unos pocos minutos.

El olfato también ha demostrado tener un papel en la elección de pareja. Hay estudios que indican que las feromonas (sustancias químicas liberadas por el cuerpo de manera natural) son detectadas por el olfato e influyen en nuestro comportamiento sexual y en nuestros gustos por unas personas y no por otras. Sin embargo, los estudios no han sido capaces de explicar cómo actúan las feromonas en nuestro cerebro. Ni siquiera nosotros mismos somos capaces de explicar por qué ciertos olores nos resultan más atractivos que otros.

Los datos parecen apuntar a que el olfato tiene importantes implicaciones emocionales y sociales. Lo paradójico es que muchas de sus influencias en nuestro comportamiento son involuntarias, es decir, suceden sin que seamos conscientes de que lo está pasando. Por ejemplo, ir a una entrevista de trabajo y que el sitio huela al mismo ambientador que usa tu madre en casa, puede hacerte sentir cómoda, como en un ambiente familiar, y que eso te ayude a relajarte (aunque todo ese proceso suceda de manera inconsciente). El olfato tiene ese poder sobre las emociones. ¿Te ha pasado alguna vez algo parecido?

Retazos del blog: La pareja en crisis

Durante la etapa de enamoramiento muchas parejas parece que vean el mundo de color de rosa. Se sienten felices y completamente compenetrados el uno con el otro, ven a su compañero como alguien idealizado, sin apenas defectos… Y sin embargo… ¿Creéis que puede ser todo siempre perfecto?

En realidad, cualquier relación de pareja tiene altos y bajos. Esto es algo natural, y es importante remarcar que una crisis no tiene por qué acabar necesariamente en una ruptura. Una crisis es una llamada de atención, que nos avisa de que es necesario hacer un cambio. Hay muchas situaciones vitales en la pareja que se suelen relacionar con momentos de crisis, entre ellas, el fin de la etapa de enamoramiento, el inicio de la convivencia, el nacimiento de los hijos, el abandono de estos del núcleo familiar, la jubilación… Es importante tenerlo en cuenta para procurar gestionarlo de manera adecuada.

Cuando la pareja está en crisis pueden aparecer gran cantidad de emociones que si son mal gestionadas podrían llegar a ser muy destructivas. Entre ellas, podemos sentir miedo por la posible ruptura, tristeza por ya no tener una relación tan satisfactoria (o tal vez por empezar a imaginar nuestra vida sin el otro), rabia, ira o incluso odio contra la persona amada que nos está haciendo daño, frustración por no saber cómo solucionar los problemas con la pareja, etc. Es posible que estas emociones sean muy intensas, y probablemente también muy dolorosas. ¿Qué hacemos con ellas? Ante todo es importante no descargarlas directamente contra el otro (sobre todo si sentimos rabia), ya que puede empeorar la situación. Hay que identificar nuestras emociones, analizar lo que las provoca y ver si la emoción que sentimos tal vez enmascara alguna otra emoción de fondo. Por ejemplo podemos sentir una gran rabia porque nuestra pareja no tiene ningún detalle nunca y se muestra distante, cuando en realidad en el fondo estamos tristes porque echamos de menos la época anterior.

¿Qué hacer para superar la crisis? No existen fórmulas mágicas, y cada caso es diferente, pero ante todo es importante la comunicación, poder hablar con el otro de cómo nos sentimos o lo que necesitamos sin hacer reproches y con respeto. Por ejemplo, siempre es mejor un “¿Qué te parecería si fuéramos a cenar fuera de tanto en tanto? Me haría sentir mucho mejor” que un “Siempre estás con tus cosas y nunca tienes tiempo para mí”. Por otro lado, es esencial que nos adaptemos el uno al otro. No tenemos que olvidar que nosotros y nuestra pareja podemos tener intereses distintos. Es muy difícil que ambos queramos siempre lo mismo, así que en muchos aspectos habrá que negociar para llegar a un término medio con el que ambos estemos satisfechos. Imaginaros, ¿cómo os sentiríais si vuestra pareja no quisiera adaptarse nunca a vosotros?

Otro aspecto fundamental es no intentar cambiar al otro. Nuestra pareja es como es, e intentar cambiarle hará que se sienta rechazado. Lo que sí que podemos hacer es cambiar rutinas, y esto puede ayudar a mejorar la relación de pareja. También podemos buscar apoyo en nuestro entorno, cosa que nos puede hacer sentir más respaldados y a la vez nos puede dar otros puntos de vista del problema. Y, por supuesto, también existe la opción de acudir a terapia, ya sea terapia de pareja o familiar. Decidme, a vosotros, ¿qué estrategias os han ayudado a superar una crisis de pareja?

Retazos del blog: ¿Cómo elegimos a nuestra pareja?

La vida de los seres humanos está llena de decisiones, algunas son fáciles (ej. elegir un plato de comida en un restaurante)  y otras resultan bastante más difíciles (ej. elegir una casa donde vivir). Pero cuando se trata de elegir pareja, vosotros que pensáis ¿resulta fácil o difícil? ¿Por qué les preguntamos a las margaritas si “me quiere o no me quiere”? ¿Qué factores tenemos en cuenta a la hora de seleccionar a nuestra pareja?

Aunque sea ilógico, todos sabemos que normalmente el razonamiento no cuenta, podemos enamorarnos de personas “que no nos convienen” y/o ser incapaces de sentir amor por personas encantadoras, dispuestas a darnos todo lo que deseamos. Elegir con quien compartimos nuestra vida o parte de ella, muchas veces resulta ser una decisión inconsciente, en la que no se piensa en inconvenientes, ni se hacen listas de “pros y contras”. En la mayoría de los casos la elección es tan rápida que no nos da tiempo a evaluar conscientemente nada, sólo nos dejamos llevar por los sentimientos y las emociones que nos suscita esa persona.

Existen muchas especulaciones sobre cuál es el factor clave que hace que elijamos un tipo de personas y no otras. Hay psicólogos que defienden que buscamos parejas con una personalidad similar a la nuestra, creen que una unión es perfecta cuando se forma a partir de dos mitades iguales, de ahí, el concepto “media naranja”. Sin embargo, hay otros que afirman todo lo contrario, que buscamos personas con características de personalidad diferentes a las nuestras; esto se resume muy bien en el famoso dicho “los polos opuestos se atraen”. También podemos encontrar profesionales que defienden la teoría de Freud, basada en la idea de que nos sentimos atraídos por personas cuya personalidad es similar a la de nuestros padres.

Por supuesto, no todas las teorías se centran en la personalidad, también se ha hipotetizado que la apariencia física es un aspecto clave a la hora de seleccionar nuestra pareja. Desde el punto de vista de la evolución los hombres buscan mujeres jóvenes y bellas (signos de fertilidad), y las mujeres buscan hombres fuertes y saludables (signo de protección). Pero si esta teoría puede parecer algo rudimentaria, existe otra que lo es mucho más, pues afirma que elegimos a nuestra pareja por el olor. Los científicos han descubierto que nuestro olor corporal contiene unas sustancias químicas llamadas feromonas, que se liberan en el aire y sirven como medio de comunicación entre dos cuerpos, ya sea para atraerse o para repelerse. Como podéis ver existen opiniones de todos los tipos, vosotros ¿con cuál os quedáis? ¿Cuál os parece más acertada?

Retazos del blog: Construyendo una vida juntos…

Empezar una vida con otra persona es un momento que suele vivirse con ilusión. La pareja poco a poco irá poniendo los cimientos y los primeros ladrillos de su vida en común. Pero no debemos olvidarnos de que se trata de un momento de cambio y de adaptación mutua, y por tanto no todo va a ser de color de rosa. Si tenemos unas expectativas realistas y hemos hablado en profundidad de todo lo que supone la convivencia con nuestra pareja será mucho más sencillo para ambos dar este paso.

Así, si no tenemos unas expectativas demasiado altas será menos probable que nos decepcionemos al ver que nuestra pareja no es tan perfecta como pensábamos o que puede haber más problemas al vivir juntos de lo que nos parecía. Porque está claro que al pasar más tiempo con nuestra pareja y compartir espacios la vamos a conocer mejor, pero también, al compartir el día a día pueden surgir momentos de desacuerdo. ¡Pero esto no tiene por qué ser un problema! Se trata de algo normal, y puede incluso ser beneficioso para fortalecer la relación si se hablan las cosas adecuadamente y se puede llegar a acuerdos. Lo que es muy recomendable será hablar ya antes de la convivencia de lo que supone irnos a vivir juntos, lo que nos da miedo, lo que nos imaginamos, cómo nos gustaría distribuir o decorar la casa, cuáles son nuestros hábitos, los horarios de comidas, de irse a la cama, las actividades de ocio, la distribución de tareas… Será importante negociar y llegar a acuerdos para que ambos estemos cómodos y no nos encontremos luego con pequeñas sorpresas inesperadas. Pero también será importante que hablemos de nuestros valorConvivenciaes y de cómo nos imaginamos el futuro. Muchísima gente obvia esta parte, que también es esencial para prevenir  futuros problemas . Un ejercicio curioso consiste en escribir en un papel la respuesta a varias preguntas (nosotros y nuestra pareja) y luego nos intercambiemos las respuestas. Entre otras cosas, podríamos preguntar: Si quieres tener hijos… ¿cuándo? ¿Quieres vivir toda la vida en el mismo sitio? ¿Qué es lo más importante para ti en una relación? ¿Qué esperas de tu pareja en el futuro?

Pero los cambios que genera la convivencia pueden ir más allá, afectando más ámbitos a parte de la relación de pareja. Muchas veces también tendremos que adaptarnos a todo lo que lleva nuestra pareja detrás, a su entorno. Porque en general, esta tendrá unos amigos y una familia, y posiblemente a partir de este momento tendrán más peso en nuestra vida. A veces puede ser complicado amoldarse a la familia de nuestra pareja, porque ellos están acostumbrados a actuar de una manera entre ellos y tienen unos valores y unos roles establecidos. Será importante observar al principio las dinámicas familiares (por ejemplo, ver quien suele mandar, quién ayuda a los otros cuando están mal, quién se lleva bien con quién…) e intentar adaptarse y respetar su manera de hacer. Desgraciadamente, a veces puede haber importantes momentos de choque (por ejemplo, si mi pareja viene de una familia muy religiosa y yo no soy creyente). Allí tendremos que ser asertivos, hay que adaptarse, pero hasta cierto punto, nunca tenemos que perder nuestra esencia por adaptarnos. Será importante la comunicación y el respeto, tanto con los miembros de la familia como con nuestra pareja. Y sobre todo, es importante que comuniquemos como nos sentimos y lo que pensamos. En la relación con la familia es importante que tengamos una buena base desde el principio, siendo sinceros con lo que pensamos. Un ejemplo típico sería una comida familiar en que nos ponen un plato que no nos gusta. Aunque ese día nos lo comamos por respeto será importante comentar (siempre con tacto y educación) que ese tipo de comida no es del todo de nuestro agrado. ¿Porque qué pasaría si dijéramos que está buenísimo? ¡Pues probablemente el próximo día nos volverían a poner otro plato de lo mismo!

En conclusión, antes de iniciar la convivencia puede ser muy positivo plantearse todo lo que implica (tanto para nosotros como para nuestra pareja) y hablarlo. Aunque sea un momento de cambio y de readaptación, si la pareja trabaja en equipo será mucho más sencillo llegar a construir una nueva etapa satisfactoria para ambos. En vuestro caso, si una pareja cercana empezara a convivir y os pidiera consejo… ¿Qué le recomendaríais?

Retazos del blog: La pareja ideal

¿Creéis que mucha gente ha pensado alguna vez que existe una pareja ideal, casi perfecta? Curiosamente, a medida que nos hacemos mayores suele ser más difícil encontrar a personas que crean en ello. ¿Por qué? Entre otras cosas, tal vez la experiencia, tanto la nuestra como la de personas cercanas, contribuya a romper el mito…Pareja ideal

Y es que no hay parejas perfectas. De hecho, lo que sería perfecto para alguien puede ser inaceptable para otro. Sin embargo, hay parejas que funcionan muy bien juntas, que tienen una relación muy buena. ¿Cuál será su secreto? Los estudios sugieren que hay varios factores que pueden afectar a la satisfacción de la pareja. Entre ellos se encuentra el hecho de apoyar a las metas de la pareja, sentirse apreciado por el otro, sentir que la relación es equitativa, la calidad de la comunicación y la calidad de la vida sexual. Además, los estudios sobre parejas de larga duración sugieren que estas parejas tienen algunos elementos comunes. Por ejemplo, se adaptan bien a los cambios, tienen confianza mútua, afrontan las crisis, tienen un espacio compartido aunque mantienen su autonomía, siguen cultivando sus intereses, disfrutan de la compañía del otro y se ríen juntos.

¿Se ríen juntos? Contrariamente a lo pueda parecer, no es una tontería. Reírse libera endorfinas, nos hace sentir mejor y ayuda a reducir el estrés. Y cuando la risa es compartida, ayuda a estrechar lazos y a sentir más intimidad con el otro. En una relación de pareja es muy importante compartir experiencias positivas. ¿Os imagináis por qué? No sólo porque aumenta la satisfacción de la relación de pareja y el vínculo con el otro, también tiene un efecto importante sobre la salud. Los estudios médicos sugieren que tener una relación positiva contribuye a tener menos estrés, estar más sano y a tener un mejor sistema inmunológico. ¿Curioso?Pareja ideal 2

De todos modos, aunque es importante compartir buenos momentos, a veces será inevitable compartir momentos menos agradables. Puede haber etapas complicadas, como puede ser por ejemplo la enfermedad de un familiar o de la misma pareja. Esto puede llevar a una serie de cambios, como por ejemplo en la dinámica de pareja. En esos momentos, ofrecer apoyo y ayuda al otro será fundamental, así como intentar mantener una buena comunicación. Será básico intentar ponernos en el lugar del otro, aunque si no estamos seguros de lo que nuestra pareja necesita puede ayudar el preguntárselo directamente. De hecho, los estudios sugieren que una relación cercana con la pareja puede contribuir a un mejor proceso de adaptación a la enfermedad en ambos (tanto en quien sufre la enfermedad como en su pareja).

Conseguir que una pareja funcione y, sobre todo, que no se rompa no es sencillo. Cuando miramos las estadísticas sobre el número de parejas que se separan, los resultados son poco alentadores. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadística, en España durante el 2011 hubo 103.604 divorcios. Y sin embargo, la mayoría de la sociedad sigue apostando por la pareja. ¿Por qué? Tal vez sea porque el ser humano necesita creer en algo para seguir luchando por ello… De hecho, algunos estudios han encontrado una asociación entre el hecho de creer que la pareja durará para siempre y una mayor duración de la relación. ¿Vosotros qué opináis? ¿Creéis en las parejas para toda la vida? Según vuestra experiencia, ¿qué ayuda a que dure una pareja?

Retazos del blog: Hombres, mujeres y sexualidad

Cada uno de nosotros vivimos la sexualidad de forma diferente y única. A uno puede gustarle más una u otra práctica sexual, sentirse más atraído por un estímulo u otro o responder mejor a una  u otra zona erógena del cuerpo. Sin embargo, a nivel general podríamos decir que existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a varios aspectos de la sexualidad.

En la relación sexual, por ejemplo, los hombres se excitan más mediante la visión de estímulos sexuales (una película erótica, un cuerpo desnudo). Por este motivo los hombres pueden preferir las relaciones sexuales con la luz encendida. Las mujeres, en cambio, no necesitan tanto la ayuda de  estímulos visuales, sino táctiles, auditivos o sensuales (caricias, susurros, besos). Al hombre generalmente le gustan más las caricias genitales y en cambio, la mujer prefiere la estimulación de otras zonas erógenas como cuello o pechos. Las mujeres suelen necesitar más estimulación sexual que los hombres. Los hombres están más predispuestos a cambiar de posturas sexuales y probar experiencias nuevas, como elementos que incrementen su excitación sexual. Las mujeres, en cambio, suelen preferir un ritmo constante de estimulación para llegar al orgasmo antes que hacer muchas variaciones, pues durante estos cambios puede perder excitación.

Para la mujer puede no ser tan sencillo como para el hombre llegar al orgasmo durante la penetración. Sin embargo, un amplio porcentaje puede conseguirlo mediante estimulación adicional. Además, sus orgasmos pueden ser más fuertes e incluso llegar a repetirse (lo que popularmente se conoce como multiorgasmo).

El ambiente influye en la excitación de la mujer, debe ser tranquilo y relajado para conseguir una mayor excitación. Los hombres, en cambio, son más indiferentes al entorno, se activan enseguida ante la posibilidad de una relación sexual.

El estado de ánimo también influye en la excitación de las mujeres. Los enfados y discusiones de la pareja afectan a su disposición de tener relaciones sexuales. Los hombres son capaces de cambiar rápidamente su estado de ánimo para conseguir la relación sexual.

Durante la relación sexual, las mujeres se preocupan más por las emociones que han sentido y percibido en ellas y en el otro. Para ellas el sexo y el amor están más íntimamente relacionados que para los hombres, que en general son capaces de separarlos por completo.

Según vuestras experiencias, ¿creéis que los hombres separan mejor sexo y amor que las mujeres? ¿Por qué las mujeres tienen más tendencia a relacionarlos?

Experiencias compartidas en el blog…

Hace unas semanas, una de nuestras lectoras compartía con nosotras su experiencia en relación a un amor no correspondido. Aquí os dejamos su comentario y la contestación que le dimos.

En mi caso es un buen amigo el que está enamorado de mí, pero él a mí solo me importa como amigo. Además yo tengo pareja, que también es su amigo. El problema es que se nota que él lo pasa mal y por momentos busca controlarme, por momentos se distancia, por momentos se muestra desagradable conmigo para luego preocuparse, a ratos se tomaba a mal todo lo que yo decía o hacía para luego después venir pidiéndome perdón, etc.

Yo no quiero hacerle daño y puedo comprender sus reacciones extrañas, por eso aunque sí que quiero mantener la amistad, he optado por alejarme un poco de él a ver si lo va superando. Antes éramos íntimos, ahora no tanto, pero seguimos llevándonos bien aunque sigue como obsesionado conmigo… Se fija solo en las chicas que se parecen a mí en algo (físico o personalidad), su última pareja fue así y no le fue bien porque le endosaba cosas mías y no la veía como era ella sino como yo…

No sé qué más hacer para cortar con toda esa obsesión.

Hola,

Muchas gracias por escribirnos y comentarnos tu historia con este amigo. Por lo que nos comentas parece que él lo está pasando mal con esta situación, pero no nos queda del todo claro cómo te está afectando a ti. ¿Cómo te sientes con todo esto? ¿Está causándote algún problema en tu vida, como por ejemplo con tu pareja?
También habría que tener en cuenta el tiempo que lleva durando esta “obsesión”, porque no es lo mismo que haya durado un mes que un año. Tampoco sabemos si es algo que habéis hablado abiertamente y tú le has expresado con claridad tus sentimientos.
Cómo tratar este tema es algo muy personal. Es normal que no quieras hacerle daño, aunque muchas veces es algo complicado con alguien que ha sido un amigo íntimo, al que quieres, pero no de la forma que a él le gustaría. A veces, el cariño de amigo puede llegar a malinterpretarse. Otras puede que el sólo hecho de verte sin poder estar contigo lleve a que él sufra, aunque no sea intencionadamente. Creemos que lo de alejarte de él es una buena estrategia, ya que a más tiempo pases con él más difícil será que se olvide de ti. Otra alternativa puede ser hablarlo con él y pactar de mutuo acuerdo crear esa distancia y tal vez estar un tiempo sin veros, para que él tenga tiempo para superarlo. Aunque pueda ser doloroso, puede ser una muy buena estrategia para ayudarle a pasar página. Por otro lado, si esta “obsesión” dura mucho en el tiempo y a tu amigo le causa importante malestar, quizás a él le podría ayudar contar con ayuda externa para superar este tema (por ejemplo un psicólogo).
Esperamos haberte sido de ayuda, si tienes alguna otra pregunta no dudes en contactar con nosotras.
Un abrazo,
ParaEmocionarse

Retazos del blog: Una historia llena de emociones

Décimo capítulo: La pareja

Esta es la continuación de una historia que comenzó hace tiempo… Si no habéis leído los capítulos previos os recomendamos que leáis las entradas anteriores para entender bien toda la historia:

Estrella se despertó inquieta, ¿qué hora sería? Ya había salido el sol y su marido no estaba en la cama. Parecía tarde, pero de todos modos necesitaba unos minutos antes de levantarse. La noche había sido larga y dura, las pesadillas la atormentaban últimamente…Cuento pareja

Su marido había sido siempre su confesor, su mejor amigo, y sin embargo jamás le había hablado de la existencia del monstruo… Y menos aún que se había saltado todas las normas para esconderlo. En realidad era mejor así, si alguna vez se descubría, su familia estaba más segura sin saber nada. De todos modos, los remordimientos la atormentaban, la angustiaban, le llegaban incluso a dificultar la respiración… Se sentía como si estuviera cometiendo una infidelidad. Infidelidad… Pensar en esa palabra la hizo recordar…

Cuando conoció a su marido en su juventud lo primero que le atrajo fue su personalidad. Era muy diferente a ella, pero aún y así encontraba sus ideas y su sentido del humor fascinantes. Durante un tiempo los dos se sintieron como en un cuento de hadas, pero ella tuvo que marcharse a estudiar al extranjero y la distancia, tras una época de crisis, acabó enfriando la relación. Y el cuento terminó.

Tras unos años conoció a Christian… Fue una relación diferente, intensa y pasional… Aunque ahora, en su madurez, se daba cuenta de que posiblemente no fue muy positiva para ella. Creó bastante dependencia, dejó muchas cosas a un lado y al final acabó sufriendo bastante. Por un lado la relación tenía muchas cosas negativas, sentía que él no la tenía en cuenta, era muy desconfiado, controlador y egoísta. Por otro lado, alguna razón la retenía a su lado. Pero todo acabó cuando se enteró de que se había ido con otra… Eso fue la gota que colmó el vaso y el punto y final.Fin de los meses de las relaciones de pareja

Más tarde su marido se volvería a cruzar en su vida, y la relación fue haciendo más fuerte a medida que iba pasando el tiempo. Vino la convivencia, muchos buenos momentos, algunos momentos menos buenos, Gabriel… ¡Su pequeño! Despertaba en ella tanta alegría… Definitivamente no podía continuar ocultando el tema del monstruo a su familia, se lo diría a su marido ese mismo día… De repente él apareció en la habitación con el desayuno y una sonrisa de oreja a oreja. Estrella le miró con dulzura, era todo un detalle que le trajera el desayuno a la cama, tal vez no debiera estropear el momento… Ya le hablaría del monstruo en otra ocasión…

Y con este pequeño flashback terminamos este cuento ¿Qué os ha parecido? ¿Os gustaría leer más?