El miedo en tiempos de pandemia

El miedo forma parte de las 6 emociones básicas según la teoría de Ekman. Todo el mundo ha sentido miedo alguna vez, y es posible que teniendo en cuenta la situación actual se haya vuelto una emoción más frecuente, habiendo muchas personas que hayan sentido miedo. ¿Es esto un problema?

Como todo en la vida, la respuesta depende del nivel al que nos refiramos. Los extremos no son buenos, pero sentir cierto miedo puede ser importante e incluso de gran ayuda en ciertas situaciones. Recordemos que el miedo es una emoción universal y adaptativa (como todas las emociones básicas) y por tanto tiene una función importante. Concretamente, la función del miedo es avisarnos de un posible peligro, y prepararnos para la lucha o huida. Así, en una situación de pandemia como la actual, sentir algo de miedo puede ayudarnos a tomar consciencia de que existe un peligro y tomar ciertas medidas, como por ejemplo, utilizar mascarillas al salir a la calle para protegernos del virus (a nosotros y a los demás), mantener la distancia social o mantener ciertos hábitos de limpieza e higiene personal (como el lavado de manos frecuente).

Por el contrario, si no sentimos ningún miedo por la situación, podemos tener actitudes de riesgo, no realizando ninguna medida para garantizar nuestra seguridad y la de los demás en un momento en que, aunque no sea de nuestro agrado, el virus aún circula entre nosotros. En casos extremos, se ha reportado en los medios como algunas personas de forma inconsciente han acudido a fiestas ideadas expresamente para contagiarse de coronavirus, sin darse cuenta del peligro que esto supone (para uno mismo y también para los allegados y otras personas que puedan llegar a contagiarse si nosotros nos infectamos).

En el otro extremo, estaría el hecho de sentir un miedo a muy altos niveles, que nos paralice o que nos lleve a conductas excesivas. Por ejemplo, muchas personas han incrementado sus hábitos de limpieza desde que se empezó a expandir el actual coronavirus (algo adaptativo en su justa medida), pero existen casos en los que la necesidad de limpiar llega a interferir en la vida diaria (ya sea por el tiempo invertido o por la angustia que genera). En estos casos, el miedo no sería un aliado, sino que podría acabar siendo todo lo contrario, y podría ser importante buscar estrategias (o incluso ayuda externa si es necesario) para rebajar los niveles de esta emoción.

En conclusión, hay que recordar que el miedo es una emoción adaptativa y útil, aunque siempre en su justa medida. Si escuchamos y analizamos nuestras emociones a menudo, sin luchar contra ellas, y dándoles la importancia que tienen, podemos tener una importante herramienta que nos ayude a gestionar mejor nuestro día a día. Os invito a reflexionar, decidme, ¿podéis describir tres ocasiones donde os ha sido de ayuda sentir miedo?

Un miedo compartido: el miedo a la muerte

El miedo es una emoción poderosa. Todos sentimos miedo, aunque sea debido a estímulos o circunstancias distintas. Se puede tener miedo a muchas cosas: miedo a las alturas, miedo a hablar en público, miedo a las arañas, miedo a los sitios cerrados, miedo a ir al médico o al dentista, etc. Sin embargo, existe un miedo que es compartido por todos o casi todos los seres humanos, el miedo a la muerte. Puede que esto se deba a que la muerte es un fenómeno irreversible y universal, es decir, es algo que todos compartimos y del que no hay marcha atrás.

El miedo o la ansiedad ante la muerte son las respuestas más comúnmente asociadas a la muerte en nuestra cultura. En muchas ocasiones este miedo se da tanto cuando uno se enfrenta a una enfermedad grave que puede limitar su vida como cuando se experimenta la muerte de un ser querido o allegado. De hecho, hay personas que sienten miedo solo con imaginar, pensar o hablar sobre la muerte.

Dentro del fenómeno global del miedo a la muerte, se ha descrito que se suelen esconder otros miedos más concretos, como pueden ser:

  • El miedo al sufrimiento y al dolor.
  • Miedo a perder el control sobre tu vida y a que sean los demás los que tomen las decisiones por ti.
  • Miedo a lo que sufrirán o a lo que será de los seres queridos tras tu muerte.
  • Miedo al aislamiento y a morir solo.
  • Miedo a lo desconocido, a si habrá algo más allá y cómo será.
  • Miedo a la pérdida de identidad o a la desaparición del “yo”.

Todos estos miedos contribuyen a que la muerte se haya convertido poco a poco en algo a evitar dentro de la sociedad, a pesar de ser una experiencia y un miedo que como seres humanos compartimos. ¿Alguna vez lo habías pensado? ¿Alguna vez has sentido miedo o ansiedad al pensar o hablar con alguien sobre la muerte?

Retazos del blog: EMO-CURIOSIDADES: EL ATLAS DE LAS EMOCIONES DE PAUL EKMAN

Paul Ekman junto con el Dalai Lama han creado un atlas virtual sobre las emociones. En él podemos ver las emociones agrupadas en 5 continentes de la emoción: miedo, asco, ira, tristeza y placer. Al pinchar en cada uno de ellos podemos ver diferentes estados posibles según la intensidad de la emoción (por ejemplo en el asco encontraríamos el desagrado, la aversión, la repugnancia…), las acciones a las que nos impulsa la emoción (en este caso podría ser la evitación, la retirada, el vómito), los estímulos que pueden provocar esta emoción (en el caso del asco, por ejemplo, algo podrido, comer algo desagradable, o incluso ver a los fans del equipo deportivo rival).

Si queréis echarle una ojeada podéis visitar este link: http://www.paulekman.com/atlas-of-emotions/

 

 

Atlas de las emociones según Paul Ekman, extraído de http://www.paulekman.com/atlas-of-emotions/

 

 

Retazos del blog: Una historia llena de emociones

Primer capítulo: MIEDO

Antes de empezar a leer, si queréis podéis pinchar en el siguiente enlace para escuchar la música ambiental  que acompaña a la historia (puede que tengáis que instalar alguna actualización para poder escucharla):

(Música cedida por Rafa Sánchez Camacho)

Estaba todo muy oscuro. La luz mortecina de la linterna apenas alumbraba lo que tenía delante. Los sonidos inquietantes del bosque me envolvían… Decidí acelerar el paso; sentía la tensión que me invadía y cada nuevo murmullo que escuchaba me encogía el alma. Sabía que no debía dejar que me invadiera el miedo, eso lo tenía claro, pero… De pronto un escalofrío me recorrió la espalda.

En realidad me había dado cuenta desde hacía rato, pero no había sido consciente hasta ahora. El hecho era que no estaba solo. Y fuera lo que fuera lo que me acechaba no era agradable. Sentí la adrenalina apoderarse de mi cuerpo, el corazón palpitaba violentamente, tenía la respiración acelerada, mis músculos estaban tensos… No pude hacer otra cosa que empezar a correr en la oscuridad presa del pánico, mientras escuchaba aquél siseo cada vez más cerca.

Oh, Dios… ¡¿Qué era aquello?! Nunca antes había sentido tanto miedo… Empecé a preguntarme si iba realmente a morir. Seguí corriendo sin mirar atrás, sintiendo el corazón desbocado. Y aunque sabía que era mejor no mirar, que era mejor no saber y poner todo mi esfuerzo en escapar, la curiosidad me invadió. Y realmente estaba en lo cierto, habría sido mucho mejor no saber qué era lo que me pisaba los talones. Y es que, al girar la cabeza, lo que vislumbré tenía un tamaño descomunal.

Corrí como jamás lo había hecho, esquivando árboles y saltando entre los arbustos a gran velocidad. Empezaba a perder el aliento, pero «aquello» que me perseguía parecía no conocer el cansancio. Me empecé a desesperar, tendría que pensar en un plan alternativo o sería mi fin. ¿Quizás esconderme o subirme a un árbol? De repente tropecé y empecé a rodar, hundiéndome en las profundidades del bosque mientras todo se cubría de tinieblas.

Y aquí termina la historia. ¿Qué habéis sentido al leerla? ¿Os ha dado miedo? Tal vez hayáis sentido alguna otra emoción. ¿Quizás rabia por el final inconcluso? De la rabia justamente hablaremos el próximo lunes. Y tranquilos, la historia continúa.

Emo-curiosidades: Nueva película de animación sobre las emociones

A partir del 19 de Junio podremos ver en los cines una película de animación de Pixar que dará vida a algunas de las emociones que tanto hemos tratado en el blog. Inside Out nos ayudará a adentrarnos en el mundo emocional de una niña que se acaba de mudar con su familia a un nuevo hogar. Las protagonistas serán la pequeña Riley y las 5 emociones que conviven dentro de su mente y tienen vida propia: Alegría, Tristeza, Asco, Miedo e Ira. ¿Os resultan familiares estas emociones?

A nosotras nos ha parecido una idea muy original, que además incluso puede ayudar a los más pequeños a aprender sobre las emociones de forma divertida. ¿A vosotros qué os parece? Por si queréis saber un poco más sobre la película adjuntamos más abajo el trailer. Decidnos, ¿creéis que la iréis a ver?

Retazos del blog: ¿Es posible morir de miedo?

¿Quién no ha escuchado alguna vez una historia en la que alguien pasa tanto miedo que no vive para contarlo? Como la anécdota de aquél chico que apostó con sus amigos que sería capaz de pasar una noche solo en un cementerio y al día siguiente lo encontraron muerto enganchado a las ramas de un arbusto. Cuentan que probablemente murió imaginando que lo que le tiraba de la camiseta eran las manos de algún cadáver…

¿Pero es realmente posible morir de miedo? Como ya comentamos anteriormente la adrenalina tiene un papel importante en el miedo, produciendo una serie de cambios en el cuerpo, que se tiene que preparar ya sea para huir o para enfrentarse a la situación. El corazón late más rápido, y la tensiónarterial aumenta, los vasos sanguíneos de los órganos importantes se ensanchan, mientras que los más pequeños pierden riego por unos instantes (por eso nos podemos quedar pálidoEs posible morir de miedos), entra más oxígeno en los pulmones, se detiene el movimiento intestinal, aumenta la glucosa en sangre, e incluso se dilatan las pupilas. Estamos preparados para hacer cualquier esfuerzo que en una situación normal sería más difícil de realizar.

Pero posiblemente el efecto más letal de la adrenalina se da a nivel del corazón, ya que en dosis altas puede llegar a provocar un paro cardiaco. Así, una persona no puede morir directamente de miedo, sino debido al fallo de su corazón por un exceso de esfuerzo. Lo mismo ocurre en el reino animal, aunque curiosamente algunos animales son más propensos que otros a morir en situaciones de miedo extremo, como los cobayas, los conejos o los ratones.

Afortunadamente los humanos sólo “moriríamos de miedo” en el caso de que padeciéramos algún problema cardiaco. Un corazón sano no debería tener ningún problema, ya que nace preparado para asumir momentos de estrés. De todos modos seguro que conocéis alguna historia sobre alguien que, según cuentan, llegó a morir de miedo. ¿Me explicáis alguna?

Vuestra opinión en las encuestas: 9ª parte

trast-miedo rabia psicópata

Os presentamos más resultados de vuestras votaciones en las encuestas. ¿Qué os parecen? ¿Hay algo que os llame la atención?

A parte de estas encuestas, como ya sabéis hemos publicado muchas otras. Así que si no lo habéis hecho, ¡aún estáis a tiempo de votar! Aquí os dejamos los links:

-¿Cuáles de estos factores pueden hacer más difícil que nos dejemos sorprender?

-¿Está el vaso medio vacío o medio lleno?¿Por qué os parece más importante verlo medio lleno?

– Cuando la tristeza se convierte en depresión, ¿cuál de estos síntomas creéis que puede aparecer primero?

-¿En cuáles de estos trastornos creéis que el asco tiene un papel más importante?

-¿Cuáles de estas emociones secundarias creéis que pueden variar más según la cultura en que se den?

-¿Cuál de estas emociones secundarias os parece más habitual?

Para librarnos del sentimiento de culpa, ¿cuál de estos factores creéis que es más importante al disculparnos?

¿Cuándo sueles sentir más apatía?