El nido vacío

Cuando se acercan las vacaciones navideñas todo el mundo piensa en reencuentros familiares y en comidas y cenas de toda la familia al completo; es resumen, en esa famosa frase que decía: “vuelve a casa por navidad”. Especialmente, para los padres que tienen lejos a sus hijos/as, esas reuniones familiares tienen un significado especial y están cargadas de ilusión, entusiasmo, amor, alegría y satisfacción. Esta felicidad que produce a los padres volver a tener a sus hijos/as en casa, es lo opuesto al vacío que pueden sentir cuando los hijos se van de casa. ¿Habéis oído hablar alguna vez del fenómeno del nido vacío?

El fenómeno del nido vacío se produce cuando los hijos/as se independizan y abandonan el hogar de sus progenitores. Este fenómeno suele ocurrir en todas las familias tarde o temprano, y es parte del ciclo vital. Este fenómeno requiere de un proceso de adaptación pero, al contrario de lo que suele pensarse, no tiene por qué suponer sentimientos de soledad, pérdida, tristeza o incluso depresión. Para la mayoría de padres y madres, esta no es una experiencia estresante ni preocupante, sino que la viven con total naturalidad. Estudios recientes indican que el hecho de que los hijos/as se vayan de casa puede reducir los conflictos familiares y mejorar las relaciones entre los distintos miembros de la familia. Además, cuando el último hijo/a abandona el hogar, supone para los padres una nueva oportunidad de reencontrarse como pareja, mejorar la calidad del matrimonio y retomar actividades e intereses comunes.

Solo en algunos casos, este abandono del hogar por parte de los hijos/as produce el conocido Síndrome del nido vacío. Este síndrome sí que comporta sentimientos propios del duelo, soledad y depresión. La marcha e independencia del hijo/a se vive como una fuerte experiencia de dolor emocional y profunda tristeza. Aunque no se trata de una psicopatología, en estos casos, es recomendable buscar ayuda o atención por parte de un psicólogo especialista.

Si os ha gustado y queréis saber más, en la próxima entrada del blog, os colgaremos un cortometraje que, de manera metafórica, explica las emociones que se experimentan en el fenómeno del nido vacío. Recordad que no debéis confundirlo con el Síndrome del nido vacío, las emociones que implica son muy distintas.

Retazos del blog: La pareja en crisis

Durante la etapa de enamoramiento muchas parejas parece que vean el mundo de color de rosa. Se sienten felices y completamente compenetrados el uno con el otro, ven a su compañero como alguien idealizado, sin apenas defectos… Y sin embargo… ¿Creéis que puede ser todo siempre perfecto?

En realidad, cualquier relación de pareja tiene altos y bajos. Esto es algo natural, y es importante remarcar que una crisis no tiene por qué acabar necesariamente en una ruptura. Una crisis es una llamada de atención, que nos avisa de que es necesario hacer un cambio. Hay muchas situaciones vitales en la pareja que se suelen relacionar con momentos de crisis, entre ellas, el fin de la etapa de enamoramiento, el inicio de la convivencia, el nacimiento de los hijos, el abandono de estos del núcleo familiar, la jubilación… Es importante tenerlo en cuenta para procurar gestionarlo de manera adecuada.

Cuando la pareja está en crisis pueden aparecer gran cantidad de emociones que si son mal gestionadas podrían llegar a ser muy destructivas. Entre ellas, podemos sentir miedo por la posible ruptura, tristeza por ya no tener una relación tan satisfactoria (o tal vez por empezar a imaginar nuestra vida sin el otro), rabia, ira o incluso odio contra la persona amada que nos está haciendo daño, frustración por no saber cómo solucionar los problemas con la pareja, etc. Es posible que estas emociones sean muy intensas, y probablemente también muy dolorosas. ¿Qué hacemos con ellas? Ante todo es importante no descargarlas directamente contra el otro (sobre todo si sentimos rabia), ya que puede empeorar la situación. Hay que identificar nuestras emociones, analizar lo que las provoca y ver si la emoción que sentimos tal vez enmascara alguna otra emoción de fondo. Por ejemplo podemos sentir una gran rabia porque nuestra pareja no tiene ningún detalle nunca y se muestra distante, cuando en realidad en el fondo estamos tristes porque echamos de menos la época anterior.

¿Qué hacer para superar la crisis? No existen fórmulas mágicas, y cada caso es diferente, pero ante todo es importante la comunicación, poder hablar con el otro de cómo nos sentimos o lo que necesitamos sin hacer reproches y con respeto. Por ejemplo, siempre es mejor un “¿Qué te parecería si fuéramos a cenar fuera de tanto en tanto? Me haría sentir mucho mejor” que un “Siempre estás con tus cosas y nunca tienes tiempo para mí”. Por otro lado, es esencial que nos adaptemos el uno al otro. No tenemos que olvidar que nosotros y nuestra pareja podemos tener intereses distintos. Es muy difícil que ambos queramos siempre lo mismo, así que en muchos aspectos habrá que negociar para llegar a un término medio con el que ambos estemos satisfechos. Imaginaros, ¿cómo os sentiríais si vuestra pareja no quisiera adaptarse nunca a vosotros?

Otro aspecto fundamental es no intentar cambiar al otro. Nuestra pareja es como es, e intentar cambiarle hará que se sienta rechazado. Lo que sí que podemos hacer es cambiar rutinas, y esto puede ayudar a mejorar la relación de pareja. También podemos buscar apoyo en nuestro entorno, cosa que nos puede hacer sentir más respaldados y a la vez nos puede dar otros puntos de vista del problema. Y, por supuesto, también existe la opción de acudir a terapia, ya sea terapia de pareja o familiar. Decidme, a vosotros, ¿qué estrategias os han ayudado a superar una crisis de pareja?

Retazos del blog: ¿Cómo elegimos a nuestra pareja?

La vida de los seres humanos está llena de decisiones, algunas son fáciles (ej. elegir un plato de comida en un restaurante)  y otras resultan bastante más difíciles (ej. elegir una casa donde vivir). Pero cuando se trata de elegir pareja, vosotros que pensáis ¿resulta fácil o difícil? ¿Por qué les preguntamos a las margaritas si “me quiere o no me quiere”? ¿Qué factores tenemos en cuenta a la hora de seleccionar a nuestra pareja?

Aunque sea ilógico, todos sabemos que normalmente el razonamiento no cuenta, podemos enamorarnos de personas “que no nos convienen” y/o ser incapaces de sentir amor por personas encantadoras, dispuestas a darnos todo lo que deseamos. Elegir con quien compartimos nuestra vida o parte de ella, muchas veces resulta ser una decisión inconsciente, en la que no se piensa en inconvenientes, ni se hacen listas de “pros y contras”. En la mayoría de los casos la elección es tan rápida que no nos da tiempo a evaluar conscientemente nada, sólo nos dejamos llevar por los sentimientos y las emociones que nos suscita esa persona.

Existen muchas especulaciones sobre cuál es el factor clave que hace que elijamos un tipo de personas y no otras. Hay psicólogos que defienden que buscamos parejas con una personalidad similar a la nuestra, creen que una unión es perfecta cuando se forma a partir de dos mitades iguales, de ahí, el concepto “media naranja”. Sin embargo, hay otros que afirman todo lo contrario, que buscamos personas con características de personalidad diferentes a las nuestras; esto se resume muy bien en el famoso dicho “los polos opuestos se atraen”. También podemos encontrar profesionales que defienden la teoría de Freud, basada en la idea de que nos sentimos atraídos por personas cuya personalidad es similar a la de nuestros padres.

Por supuesto, no todas las teorías se centran en la personalidad, también se ha hipotetizado que la apariencia física es un aspecto clave a la hora de seleccionar nuestra pareja. Desde el punto de vista de la evolución los hombres buscan mujeres jóvenes y bellas (signos de fertilidad), y las mujeres buscan hombres fuertes y saludables (signo de protección). Pero si esta teoría puede parecer algo rudimentaria, existe otra que lo es mucho más, pues afirma que elegimos a nuestra pareja por el olor. Los científicos han descubierto que nuestro olor corporal contiene unas sustancias químicas llamadas feromonas, que se liberan en el aire y sirven como medio de comunicación entre dos cuerpos, ya sea para atraerse o para repelerse. Como podéis ver existen opiniones de todos los tipos, vosotros ¿con cuál os quedáis? ¿Cuál os parece más acertada?

Retazos del blog: Construyendo una vida juntos…

Empezar una vida con otra persona es un momento que suele vivirse con ilusión. La pareja poco a poco irá poniendo los cimientos y los primeros ladrillos de su vida en común. Pero no debemos olvidarnos de que se trata de un momento de cambio y de adaptación mutua, y por tanto no todo va a ser de color de rosa. Si tenemos unas expectativas realistas y hemos hablado en profundidad de todo lo que supone la convivencia con nuestra pareja será mucho más sencillo para ambos dar este paso.

Así, si no tenemos unas expectativas demasiado altas será menos probable que nos decepcionemos al ver que nuestra pareja no es tan perfecta como pensábamos o que puede haber más problemas al vivir juntos de lo que nos parecía. Porque está claro que al pasar más tiempo con nuestra pareja y compartir espacios la vamos a conocer mejor, pero también, al compartir el día a día pueden surgir momentos de desacuerdo. ¡Pero esto no tiene por qué ser un problema! Se trata de algo normal, y puede incluso ser beneficioso para fortalecer la relación si se hablan las cosas adecuadamente y se puede llegar a acuerdos. Lo que es muy recomendable será hablar ya antes de la convivencia de lo que supone irnos a vivir juntos, lo que nos da miedo, lo que nos imaginamos, cómo nos gustaría distribuir o decorar la casa, cuáles son nuestros hábitos, los horarios de comidas, de irse a la cama, las actividades de ocio, la distribución de tareas… Será importante negociar y llegar a acuerdos para que ambos estemos cómodos y no nos encontremos luego con pequeñas sorpresas inesperadas. Pero también será importante que hablemos de nuestros valorConvivenciaes y de cómo nos imaginamos el futuro. Muchísima gente obvia esta parte, que también es esencial para prevenir  futuros problemas . Un ejercicio curioso consiste en escribir en un papel la respuesta a varias preguntas (nosotros y nuestra pareja) y luego nos intercambiemos las respuestas. Entre otras cosas, podríamos preguntar: Si quieres tener hijos… ¿cuándo? ¿Quieres vivir toda la vida en el mismo sitio? ¿Qué es lo más importante para ti en una relación? ¿Qué esperas de tu pareja en el futuro?

Pero los cambios que genera la convivencia pueden ir más allá, afectando más ámbitos a parte de la relación de pareja. Muchas veces también tendremos que adaptarnos a todo lo que lleva nuestra pareja detrás, a su entorno. Porque en general, esta tendrá unos amigos y una familia, y posiblemente a partir de este momento tendrán más peso en nuestra vida. A veces puede ser complicado amoldarse a la familia de nuestra pareja, porque ellos están acostumbrados a actuar de una manera entre ellos y tienen unos valores y unos roles establecidos. Será importante observar al principio las dinámicas familiares (por ejemplo, ver quien suele mandar, quién ayuda a los otros cuando están mal, quién se lleva bien con quién…) e intentar adaptarse y respetar su manera de hacer. Desgraciadamente, a veces puede haber importantes momentos de choque (por ejemplo, si mi pareja viene de una familia muy religiosa y yo no soy creyente). Allí tendremos que ser asertivos, hay que adaptarse, pero hasta cierto punto, nunca tenemos que perder nuestra esencia por adaptarnos. Será importante la comunicación y el respeto, tanto con los miembros de la familia como con nuestra pareja. Y sobre todo, es importante que comuniquemos como nos sentimos y lo que pensamos. En la relación con la familia es importante que tengamos una buena base desde el principio, siendo sinceros con lo que pensamos. Un ejemplo típico sería una comida familiar en que nos ponen un plato que no nos gusta. Aunque ese día nos lo comamos por respeto será importante comentar (siempre con tacto y educación) que ese tipo de comida no es del todo de nuestro agrado. ¿Porque qué pasaría si dijéramos que está buenísimo? ¡Pues probablemente el próximo día nos volverían a poner otro plato de lo mismo!

En conclusión, antes de iniciar la convivencia puede ser muy positivo plantearse todo lo que implica (tanto para nosotros como para nuestra pareja) y hablarlo. Aunque sea un momento de cambio y de readaptación, si la pareja trabaja en equipo será mucho más sencillo llegar a construir una nueva etapa satisfactoria para ambos. En vuestro caso, si una pareja cercana empezara a convivir y os pidiera consejo… ¿Qué le recomendaríais?

Retazos del blog: La pareja ideal

¿Creéis que mucha gente ha pensado alguna vez que existe una pareja ideal, casi perfecta? Curiosamente, a medida que nos hacemos mayores suele ser más difícil encontrar a personas que crean en ello. ¿Por qué? Entre otras cosas, tal vez la experiencia, tanto la nuestra como la de personas cercanas, contribuya a romper el mito…Pareja ideal

Y es que no hay parejas perfectas. De hecho, lo que sería perfecto para alguien puede ser inaceptable para otro. Sin embargo, hay parejas que funcionan muy bien juntas, que tienen una relación muy buena. ¿Cuál será su secreto? Los estudios sugieren que hay varios factores que pueden afectar a la satisfacción de la pareja. Entre ellos se encuentra el hecho de apoyar a las metas de la pareja, sentirse apreciado por el otro, sentir que la relación es equitativa, la calidad de la comunicación y la calidad de la vida sexual. Además, los estudios sobre parejas de larga duración sugieren que estas parejas tienen algunos elementos comunes. Por ejemplo, se adaptan bien a los cambios, tienen confianza mútua, afrontan las crisis, tienen un espacio compartido aunque mantienen su autonomía, siguen cultivando sus intereses, disfrutan de la compañía del otro y se ríen juntos.

¿Se ríen juntos? Contrariamente a lo pueda parecer, no es una tontería. Reírse libera endorfinas, nos hace sentir mejor y ayuda a reducir el estrés. Y cuando la risa es compartida, ayuda a estrechar lazos y a sentir más intimidad con el otro. En una relación de pareja es muy importante compartir experiencias positivas. ¿Os imagináis por qué? No sólo porque aumenta la satisfacción de la relación de pareja y el vínculo con el otro, también tiene un efecto importante sobre la salud. Los estudios médicos sugieren que tener una relación positiva contribuye a tener menos estrés, estar más sano y a tener un mejor sistema inmunológico. ¿Curioso?Pareja ideal 2

De todos modos, aunque es importante compartir buenos momentos, a veces será inevitable compartir momentos menos agradables. Puede haber etapas complicadas, como puede ser por ejemplo la enfermedad de un familiar o de la misma pareja. Esto puede llevar a una serie de cambios, como por ejemplo en la dinámica de pareja. En esos momentos, ofrecer apoyo y ayuda al otro será fundamental, así como intentar mantener una buena comunicación. Será básico intentar ponernos en el lugar del otro, aunque si no estamos seguros de lo que nuestra pareja necesita puede ayudar el preguntárselo directamente. De hecho, los estudios sugieren que una relación cercana con la pareja puede contribuir a un mejor proceso de adaptación a la enfermedad en ambos (tanto en quien sufre la enfermedad como en su pareja).

Conseguir que una pareja funcione y, sobre todo, que no se rompa no es sencillo. Cuando miramos las estadísticas sobre el número de parejas que se separan, los resultados son poco alentadores. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de Estadística, en España durante el 2011 hubo 103.604 divorcios. Y sin embargo, la mayoría de la sociedad sigue apostando por la pareja. ¿Por qué? Tal vez sea porque el ser humano necesita creer en algo para seguir luchando por ello… De hecho, algunos estudios han encontrado una asociación entre el hecho de creer que la pareja durará para siempre y una mayor duración de la relación. ¿Vosotros qué opináis? ¿Creéis en las parejas para toda la vida? Según vuestra experiencia, ¿qué ayuda a que dure una pareja?

Retazos del blog: Una historia llena de emociones

Décimo capítulo: La pareja

Esta es la continuación de una historia que comenzó hace tiempo… Si no habéis leído los capítulos previos os recomendamos que leáis las entradas anteriores para entender bien toda la historia:

Estrella se despertó inquieta, ¿qué hora sería? Ya había salido el sol y su marido no estaba en la cama. Parecía tarde, pero de todos modos necesitaba unos minutos antes de levantarse. La noche había sido larga y dura, las pesadillas la atormentaban últimamente…Cuento pareja

Su marido había sido siempre su confesor, su mejor amigo, y sin embargo jamás le había hablado de la existencia del monstruo… Y menos aún que se había saltado todas las normas para esconderlo. En realidad era mejor así, si alguna vez se descubría, su familia estaba más segura sin saber nada. De todos modos, los remordimientos la atormentaban, la angustiaban, le llegaban incluso a dificultar la respiración… Se sentía como si estuviera cometiendo una infidelidad. Infidelidad… Pensar en esa palabra la hizo recordar…

Cuando conoció a su marido en su juventud lo primero que le atrajo fue su personalidad. Era muy diferente a ella, pero aún y así encontraba sus ideas y su sentido del humor fascinantes. Durante un tiempo los dos se sintieron como en un cuento de hadas, pero ella tuvo que marcharse a estudiar al extranjero y la distancia, tras una época de crisis, acabó enfriando la relación. Y el cuento terminó.

Tras unos años conoció a Christian… Fue una relación diferente, intensa y pasional… Aunque ahora, en su madurez, se daba cuenta de que posiblemente no fue muy positiva para ella. Creó bastante dependencia, dejó muchas cosas a un lado y al final acabó sufriendo bastante. Por un lado la relación tenía muchas cosas negativas, sentía que él no la tenía en cuenta, era muy desconfiado, controlador y egoísta. Por otro lado, alguna razón la retenía a su lado. Pero todo acabó cuando se enteró de que se había ido con otra… Eso fue la gota que colmó el vaso y el punto y final.Fin de los meses de las relaciones de pareja

Más tarde su marido se volvería a cruzar en su vida, y la relación fue haciendo más fuerte a medida que iba pasando el tiempo. Vino la convivencia, muchos buenos momentos, algunos momentos menos buenos, Gabriel… ¡Su pequeño! Despertaba en ella tanta alegría… Definitivamente no podía continuar ocultando el tema del monstruo a su familia, se lo diría a su marido ese mismo día… De repente él apareció en la habitación con el desayuno y una sonrisa de oreja a oreja. Estrella le miró con dulzura, era todo un detalle que le trajera el desayuno a la cama, tal vez no debiera estropear el momento… Ya le hablaría del monstruo en otra ocasión…

Y con este pequeño flashback terminamos este cuento ¿Qué os ha parecido? ¿Os gustaría leer más?

Experiencias compartidas en el blog…

Hace unas semanas, uno de nuestros lectores compartía con nosotras su experiencia y nos hacía una consulta. Aquí os dejamos su pregunta y la contestación que le dimos.

Hace cuatros años que un amor me dijo “NO”. Decidí no insistir, sin embargo sigo pensando en ella y de que algún día estaremos juntos. Cada vez que se da la oportunidad salimos juntos “como amigos”. Me dije a mí mismo que enterraría este amor y así lo estaba haciendo, pero cuando la vuelvo a ver comienza nuevamente esta ilusión. Después de esa negación, no he vuelto a insistir para que sea mi enamorada por el temor a su rechazo, ya que ese día me dijo que sólo me quería como un amigo. Quiero resaltar que antes de ese “No” fuimos enamorados, pero duramos muy poco tiempo porque casi a los dos meses tomamos rumbos diferentes por el tema de estudios. Así que nuestra relación no se pudo consolidar.

Respuesta dada por Paraemocionarse:

Hola, Jhans
Muchas gracias por compartir con nosotras tu historia. Por lo que nos comentas este amor es un tema pendiente, por lo que te invitamos a reflexionar hasta qué punto te produce malestar y te permite seguir adelante con tu vida. El hecho de que no le confieses que quieres estar con ella, por un lado te permite tener la sensación de que ese futuro juntos es posible y te llena de esperanza. Pero por otro lado, también hace que se mantenga tu miedo o la incertidumbre a recibir un nuevo “no” como respuesta. Posiblemente, la manera más rápida de salir de esta “encrucijada” es hablar con ella. Aunque pueda ser duro si te llegara a rechazar, piensa que te podría permitir pasar página, algo que puede parecer complicado en estos momentos. Por supuesto, siempre existe la posibilidad de que la respuesta sea positiva. Recuerda que quien no arriesga, no gana.
Te deseamos mucha suerte y si quieres volver a contactar con nosotras estaremos encantadas de responderte.
Un abrazo,
ParaEmocionarse